Dime cuántos besos me he perdido desde que nos estamos dejando

Dime cuántos besos me he perdido desde que nos estamos dejando

sábado, diciembre 31

¿Es que todo está hecho para que termine? ¿Para que acabe? ¿Para que se desvanezca con el mínimo golpe? ¿Esto es vivir? ¿Amar con todo el corazón, y que se vaya con la misma facilidad? Creía en esto. Creía en el amor. Creía en la fidelidad. Creía en... ti. Siempre quise que esto funcionara, hacer las cosas bien. De hecho, las hice lo mejor que pude, y de mi parte no hay muchas cosas que culpar, o quizá sí y no tengo el suficiente valor para admitirlo. ¿Alguna vez experimentaste esa sensación de temblar, temblar cuando sientes que el golpe se aproxima? ¿Esa angustia al sentir que lo perdiste todo? ¿Que con una persona no sólo él se va, sino que tu vida, tus sentimientos, se van con él? ¿Alguna vez te pasó? ¿Alguna vez lo sentiste? Pienso siempre en que pasaría si no te tuviera, si te fueras para siempre, si me dejaras sin la mínima esperanza que me queda. Esperando que ese momento nunca llegue, temiendo a que se vuelva una realidad. Esperando que ese "Ya no te quiero" nunca salga de tu boca. Que esos brazos sólo me abracen a mí. Que mis labios sean los únicos que quieras besar. Que cuando estemos acostados y me abrazes, me digas que me quieres, que realmente lo sientes. Que cuando estés solo, sea conmigo con quien quieras estar. Que cuando quieras llorar, quieras mi hombro a tu lado. ¿Es mucho pedir? Porque eso es lo que a mí me pasa, es lo que te ganaste en casi todo este tiempo y seguramente sigas haciendo. Tú, que seguramente no estás leyendo esto, ¿quieres saber como va a terminar la historia? Después de 15 llamadas a mi móvil que no voy a contestar y 30 mensajes que no voy a leer. Después de llamar a mi casa y decir que no puedo ni quiero hablarte. Después de llorar todo lo que no lloré el tiempo que me hiciste feliz. Después de hacer las cosas que olvidé hacer en su momento por la felicidad que trajiste a mi vida. Después de sufrir por todo lo que implicaba estar juntos. Voy a perdonarlo. Y voy a estar a su lado con una sonrisa que por momentos no la sentiré verdadera, pero es lo que casi siempre logra, hacerme sonreír. Vamos a reirnos con tus bromas que me encantan. Vamos reirnos por lo infantiles que somos. Vamos a ir por el centro comercial imaginando los futuros sillones que nuestra casa va a tener. Vamos a gastarnos dinero a lo tonto tratando de sacar el peluche que me gusta. Y así es nuestra relación, perfecta, la mayor parte del tiempo. Pero por la noche, cuando me llamaste antes de dormir como sueles hacerlo a veces, colgué y dejé el teléfono a un lado. Necesitaba pensar y pensar y pensar. Pensar en las veces que me heriste, en las veces que me reemplazaste, en las veces que me hiciste sufrir. Pensar en que esas heridas quizás cicatricen pero la marca va a quedar en mí. Pensar que, tenía razón con que la gente nunca cambia, y que estaba equivocada cuando crei que tú eras la excepción.

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